Las hormigas siempre han sido usadas como un ejemplo de trabajo en equipo, sacrificio y poseedoras de una ‘conciencia social’ ya que todo lo que hacen es pensando en el bien común.
Si una hormiga encuentra una gran fuente de alimento, llama a sus compañeras para que todas se beneficien, o si existe un peligro alerta a las demás para protegerlas
Por eso no te sorprendas cuando te mostremos el otra lado de la moneda…
Las hormigas esclavistas.
Hay especies de hormigas que esclavizan a otras y las fuerzan para hacer los deberes propios de las obreras en sus colonias.
Lo más increíble es que no lo hacen con su propia colonia, atacan a otras colonias, capturan a otros ejemplares y los llevan a la suya para obligarlos a trabajar duramente, para convertirlos en sus esclavos.
La Formica Sanguínea
El lado oscuro de las hormigas
Esta especie esclavista actúa atacando los nidos de otra especie y secuestrando a las pupas.
Se lleva a las larvas a su hormiguero y cuando estas larvas eclosionan lo hacen creyendo que forman parte de esa colonia y así trabajarán para ellas, recogiendo comida, excavando túneles y en ocasiones participarán en el secuestro de otros esclavos, incluso de su propio nido.
Las hormigas esclavas creen que pertenecen a la colonia esclavista
La clave es imitar el olor. A pesar de que las hormigas son sociales por naturaleza, sólo son sociables con los miembros de su propia colonia. Una hormiga de otra colonia, con un olor diferente que intente entrar en la suya es vista como una intrusa y será atacada.
Las hormigas se identifican mutuamente por el olor. Secretan un aroma que cubre sus cuerpos y sirve como un medio de identificación para los demás miembros de la colonia
Este intercambio de información a través de feromonas mantiene unida a la colonia, ya que estas sustancias químicas les dan a las hormigas información tal como la comunidad a la que pertenecen, la necesidad de buscar comida, agrandar el hormiguero… todo esto funciona mediante olores.
Para que no se descubra el pastel, las hormigas esclavistas suelen raptar a especies que están cercanamente emparentadas con ellas, pues esto ayuda a que los olores de las esclavas sean parecidos a los que se van a encontrar dentro de su nuevo nido y pase desapercibido.
Aunque en algunas ocasiones se ha comprobado que no han funcionado los químicos y las esclavizadas al descubrir el engaño se rebelan, en las rebeliones las esclavas pueden llegar a matar a las crías de las esclavizadoras.
En algunas ocasiones se ha comprobado que no han funcionado los químicos y las esclavizadas al descubrir el engaño se rebelan, en las rebeliones las esclavas pueden llegar a matar a las crías de las esclavizadoras.
¿Cómo nació el esclavismo entre hormigas?
Entonces…¿De donde provienen las hormigas esclavistas?
Un grupo de científicos estudió el árbol familiar de unas especies en las que había hormigas esclavizadoras y esclavizadas.
Descubrieron una progresión histórica entre el comportamiento de una hormiga común a convertirse en una esclavizadora.
Todo empezó por la creación de nidos colectivos, donde co-habitaban varias reinas y varias familias emparentadas. Esto se debió a que vivían en latitudes muy frías y al juntarse sus posibilidades de sobrevivir eran mayores.
En estos nidos colectivos las hormigas empezaron a llevarse pupas del nido colectivo a otros lugares donde establecían un emplazamiento nuevo (nos referimos a sus propias pupas, no era un secuestro).
A partir de ahí empezaron a desarrollar comportamientos parásitos. Abandonaban el nido colectivo pero no para establecerse por su cuenta, sino para infiltrarse en un nido de otra especie y ocuparlo, allí la reina invasora mataba a la reina local y después utilizaba a las obreras del nuevo nido como sus propias obreras.
En este punto se sospecha que es cuando aprendieron a imitar el olor de otras especies. Una de esas ramas usó todo lo que habían aprendido sus antepasados para infiltrarse en un nido ajeno, robar las pupas, y traerlas a su propio nido para usarlas como mano de obra.