Las hormigas voladoras son de una enorme importancia para la colonia de hormigas, ya que son la joya de la corona en la estrategia de reproducción. En unos segundos te explicamos porqué.
Cada año una nueva generación de hormigas voladoras abandona el nido para iniciar el vuelo nupcial, que no es más que el apareamiento y así fundar nuevas colonias.
¿Puede volar cualquier hormiga?
Absolutamente no, las hormigas voladoras son las nuevas reinas y machos, y coordinan su vuelo con la ayuda del tiempo y la estación. Cuando llega la primavera o el inicio del otoño estas hormigas comienzan el proceso de producción de descendencia fértil.
¿Quiénes son las hormigas estériles?
La casta de las obreras es casi completamente estéril (y sólo está formada por hembras), la colonia necesita producir hormigas especiales para la reproducción (nuevas reinas y machos), también llamadas hormigas voladoras (o aladas). Esta casta requiere cuidados y alimentación meticulosos para desarrollarse, pero a ojos de la propia evolución, es la tarea más importante en la que una colonia puede gastar sus recursos. Por lo que la recompensa es enorme, ya que estas hormigas aseguran el futuro de las próximas generaciones. Para poder conquistar grandes extensiones de terreno, las hormigas voladoras están equipadas con un gran conjunto de alas.
Elección del sexo y jerarquía durante el parto y gestación
Normalmente, la reina de la colonia pone huevos fecundados a los que nunca se les permite desarrollarse plenamente para convertirse en nuevas reinas. Estos huevos se convierten en obreras femeninas y estériles. Si la reina decide no fecundar el huevo con la semilla del vuelo nupcial, se desarrollará en un macho. Pero, ¿qué es lo que decide que una hormiga se convierta en obrera y no en reina?
¿Cómo nacen las hormigas voladoras?
Gran parte del desarrollo depende de los nutrientes que las obreras proporcionan a las larvas. Grandes porciones y una buena alimentación sientan las bases de las reinas de las hormigas voladoras. La hormiga de la madera Formica rufa también alimenta a las larvas con una secreción proporcionada por la cabeza de la hormiga obrera. Esto contribuye al desarrollo de las reinas. También se ha descubierto que la cantidad de estas hormigas reproductoras está en correlación con las feromonas emitidas por la reina (o reinas) de la colonia. Estas partículas sirven como una especie de señal para las obreras, y hace que éstas alimenten menos a las larvas. De este modo, la reina puede controlar la cantidad de nuevas reinas que se producen
Las hormigas voladoras y los «vuelos nupciales»
Cuando una colonia ha alcanzado la edad y la madurez para producir descendencia fértil, en la mayoría de los casos en primavera, se llenará de hormigas voladoras. Las nuevas reinas y los machos salen de sus pupas con un conjunto de alas reales hechas para volar. A partir de ese día se pasearán por el nido, esperando que llegue el gran día. No es habitual que los alatos ayuden en las tareas de la colonia.
Cuando por fin llega el día, puede comenzar el vuelo nupcial y las hormigas voladoras pueden zarpar hacia arriba. El día y la hora de este acontecimiento dependen de la especie. Se sabe que la hormiga negra de jardín común Lasius niger emprende el vuelo entre junio y agosto, aunque prefiere los días calurosos y sin lluvia con un tiempo de trueno en el aire. Coordinan el vuelo a través de pequeñas variaciones en el tiempo, el viento y la temperatura, y cuando las condiciones son las adecuadas es probable que todas las colonias de la especie en la zona emprendan el vuelo al mismo tiempo.
Los vuelos nupciales suelen comenzar en los tejados de los nidos. Una por una, las hormigas voladoras saltan al aire y salen al mundo para reunirse con otras de su especie. Luego se aparean y pasan a la siguiente pareja.
Los machos y las hembras, unos retos muy diferentes
Cuando el macho ha cumplido su tarea, su vida ha terminado. Morirá poco después del apareamiento y dejará a sus reinas para que funden las futuras colonias de sus hijos.
En comparación con los machos, el viaje de las jóvenes reinas acaba de empezar. Tras el apareamiento sigue una peligrosa prueba cuando la pequeña hembra debe encontrar un buen lugar para fundar su colonia. La gran mayoría de las reinas mueren a las pocas horas de abandonar su nido de nacimiento. Los depredadores y otras hormigas son algunos de los peligrosos obstáculos a los que se enfrentan, pero también deben cuidarse de la propia naturaleza en forma de ahogo o sobrecalentamiento.
Esta es la razón por la que las especies de hormigas envían miles de miles de hormigas voladoras, con la esperanza de que una o dos de ellas tengan éxito.
Tras encontrar el lugar adecuado, la reina se corta las alas (ya no las necesitará) y comienza la excavación de su primera cámara. Cuando está lista, la cierra y se retira a poner huevos y a esperar a que eclosionen. La joven hormiga voladora ya no existe: ha nacido una reina.