La hormiga faraona mide entre 2 y 5 milímetros y es de color claro rojizo o degradado a amarillo. Su pequeño tamaño hace que se introduzcan fácilmente por cualquier rincón de las casas.
Suelen existir varias reinas por colonia, lo que significa que se multiplican mucho más rápidamente, aunque del hormiguero afloran grandes cantidades de nidos de yemas que dan como resultado pequeños fragmentos de colonias, de esta forma la colonia tiene la capacidad de controlar su tamaño y proporción.
Las diversas fragmentaciones del hormiguero no afectan a la distribución de alimentos.
Los habitantes de la colonia fragmentada lejos de rivalizar, no compiten por los recursos, sino que se mantienen unidos y actúan cooperando unos con otros.
Esto es debido a la gran cantidad de parentesco genético entre estas unidades de hormigueros.
Además, los pretenecientes al nido central a menudo abandonan la colonia y se trasladan a nidos yemas.
Es por ello que están íntimamente relacionados unos con otros y por eso conviven en paz como parte de una sola colonia familiar.
Las reinas coexisten pacíficamente unas con otras. Las reinas pueden reemplazarse, de modo que las colonias sobreviven por tiempo indefinido.
Las colonias donde existe más de una reina son llamadas políginicas.
Su comunicación mediante feromonas
Las hormigas faraón utilizan 3 tipos de feromonas diferentes para comunicarse.
El primero es un químico atrayente que les sirve para construir una sus famosos caminos. Este químico, tiene larga duración y sigue siendo detectable aunque las hormigas no utilicen ese sendero durante varios días.
Las hormigas faraón cesan su actividad por la noche y comienzan cada día de trabajo alrededor de las 8 am, sin embargo, partes de la red de senderos son idénticas todos los días.
La segunda feromona también es atractiva y la hacen servir para marcar la ruta de los alimentos y así las otras compañeras de la colonia puedan seguirla y detectarlos.
La tercera feromona es un repelente. Las hormigas faraón utilizan una feromona de rastro negativa para alertar de un área no rentable con escaso alimento o algún tipo de peligro, advirtiendo a la colonia que olviden ese camino y busque en otro lugar.
Así como las feromonas que liberan para seguir una ruta de alimento son comunes en otros insectos, esta feromona negativa especial de la hormiga faraón es muy inusual y ayuda enormemente a estas hormigas a evitar que pierdan el tiempo concentrándose en un sendero inútil. Esto las hace ser unas de las mejores recolectoras.
La hormiga faraona utilizan esta feromona cerca de las bifurcaciones en la red de senderos, y una hormiga que la detecte comenzará a caminar en zigzag.
El conjunto de estas feromonas que constituyen gran parte de su comunicación, son el factor determinante en la toma de sus decisiones, ya sea para buscar comida como para alertar de peligros o seguras pérdidas de tiempo.
¿Cuál es su hábitat?
La hormiga faraona es originaria de África del norte, pero se ha ido esparciendo a lo largo de las rutas comerciales internacionales.
Hacen sus nidos en lugares húmedos y cálidos; cerca de huecos de tuberías, cimientos y tras las paredes o techos. Les gustan los alimentos azucarados y néctares, pero también la carne e insectos.
El agua cumple un papel importantísimo dentro de su alimentación. Es por ello que forrajean en busca de alimento de forma tan persistente como en busca de agua. Las obreras se extienden ampliamente desde el hormiguero y establecen senderos visibles hacia fuentes de alimento.
En sus colonias cuentan con más de una reina fértil por lo que llegan a ser muy numerosas.