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TODO HORMIGUEROS

Parásitos de las hormigas

Parásitos de hormigas

Los parásitos en el mundo de las hormigas son muy comunes, y como veremos a continuación, aunque mortales, algunos son determinantes para la continuidad de la especie.

1. Los hongos. El hongo zombi.

El hongo zombie

El hongo zombi

El hongo zombi es uno de los parásitos más famosos y siniestros que existen: este parásito controla la mente de sus víctimas, sus esporas entran en el cerebro de la hormiga carpintera (camponotus leonardi) y manipulan su comportamiento hasta convertirla en una especie de zombi. Una vez ‘infectada’, la hormiga entra en un estado de confusión, se dirige a la parte más alta de la planta y se ancla con sus mandíbulas antes de morir y servir de maceta para el parásito.

Las esporas de hongos zombis caen sobre las hormigas desde arriba y el hongo se multiplica en el cuerpo de la hormiga usándolo como fuente de nutrición. Eventualmente, el hongo manipula la hormiga para trepar a las ramas y sujetarse mordiéndola. Si una hormiga infectada muere en la colonia o en el suelo, tiene cero posibilidades de infectar a otra hormiga, por lo que posicionar los cuerpos de las hormigas donde los hongos se pueden distribuir ampliamente es esencial para estos hongos.

Una vez la hormiga muere, sale de su cabeza una especie de antena de gran longitud, como se aprecia en la foto que es el hongo. A pesar de lo aterrador que puede resultar, sobre todo si eres hormiga, los parásitos son importantes para el ecosistema y contribuyen como cualquier otro a una fauna de insectos bien equilibrada.

Te recomendamos ver este vídeo, donde se explica con toda claridad el efecto que produce el hongo zombi en la hormiga, desde que la infecta hasta que la mata.

El hongo Ophiocordyceps kimflemingiae, conocido familiarmente como el hongo zombi, cuando infecta a una hormiga comienza a crecer dentro de su cuerpo durante semanas. Con el tiempo, saldrá al exterior en forma de brote (normalmente en algún lugar entre los principales segmentos del cuerpo. El Cordycep subdiscoidea en particular brota del cuello de la hormiga, o justo detrás de la cabeza, y puede crecer hasta 10 centímetros de altura. La hormiga morirá en posición «viva», lo que la hará parecer viva, aparte de la infestación de hongos en su cuerpo, cabeza y boca.

Más acerca de los hongos

Otros hongos parásitos no son tan desagradables. No matan ni dañan a sus hormigas anfitrionas. Algunos de ellos se sitúan en el exterior del cuerpo de la hormiga, mientras que otros se extienden por la boca, lo que facilita la propagación de los hongos por toda la colonia.

A pesar de que el hongo zombi parece estar sacado de una película de terror, los hongos están poco extendidos y no afectan a la demografía del mundo de las hormigas en particular, la razón de ello es el alto nivel de cuidado sanitario que suelen tener las hormigas. Se cuidan a sí mismas y a otras hormigas todo el tiempo, con lo que repelen los parásitos de las hormigas mediante la secreción antibiótica que exudan de sus glándulas.

2. Los Gusanos. El Nematodo.

Nematodos

Parecen lombrices microscópicas. Se alimentan de bacterias, hongos e insectos, incluyendo especies de hormigas. Cuando el nemátodo entra en cuerpo de la hormiga, libera las bacterias en él. Las toxinas de la bacteria mata a la hormiga después de algunos días.

Nematodos parásitos

Las hormigas parecen bayas

Cuando un nematodo infecta a una hormiga, su abdomen, que normalmente es negro, se vuelve rojo (imitando las bayas royas que se dan en el bosque tropical). Esta estrategia desarrollada por los nematodos hace que los pájaros, confundidos, se coman las hormigas y el parásito pueda así completar su ciclo vital.

De este modo los pájaros propagan al parásito a través de sus heces y así los nematodos pueden seguir infectando, ya que los excrementos de los pájaros son recogidos por otras hormigas y éstas los utilizan sin saberlo para alimentar a las crías, que terminan infectándose con el nematodo.

Los pájaros no se infectan con el parásito, ya que son un mero vehículo para transportar los huevos y propagarlos a través de sus heces. Las hormigas se infectan con el nematodo cuando recolectan el contenido de las heces de los pájaros y lo utilizan como alimento para las larvas. Después del estadio de pupa las hormigas se hacen adultas y las hembras de nematodo incuban sus huevos en su interior alterando a la hormiga. Entonces los huevos del nematodo maduran y a la hormiga que los contienen se le transforma el abdomen, haciendo que se parezca a las bayas justo cuando la hormiga empieza a forrajear por el exterior del hormiguero. De esta manera queda ya montando el escenario para que los pájaros se la coman al confundirla con una baya.
Esto es un gran ejemplo de cuán compleja puede ser la interacción entre un parásito y su anfitrión, y cómo pueden co-evolucionar juntos.

3. La moscas.

La mosca argentina decapitadora

La mosca persigue a la hormiga hasta que le inyecta uno de sus huevos. Cuando nacen las larvas, éstas se desplazan hasta la cabeza de la hormiga. Allí los gusanos liberan una sustancia química que hace disolver las membranas externas, la cabeza se desprende totalmente y cae.

Los gusanos comen posteriormente la cabeza desde adentro hacia afuera, usándola como un capullo donde maduran y se convierten en nuevas moscas, listas para decapitar otras víctimas.

Un gran ejemplo en el que los parásitos sirven como fuerza de equilibrio es una especie de mosca, parecida a nuestra mosca de la fruta habitual. Cuando la especie de hormiga Pheidole dentala sale de su nido para defender los suministros de comida de la especie Solenopsis texan, la mosca aparece y equilibra el conflicto. Atacan a los más fuertes, los soldados del ejército de Pheidole, e intentan poner sus huevos sobre ellos. Los soldados, que normalmente ganarían la lucha, huyen del campo de batalla y dejan que sus hermanas más débiles hagan la lucha.

Hormiga Pheidole junto a una mosca

Las moscas no parecen atacar a ninguna de las obreras más pequeñas de ninguna especie, lo que finalmente hace que las Solenopsis se alcen como vencedoras. Una cosa interesante sobre esto es el momento. Las moscas no están activas durante el principio de la primavera y el final del otoño, lo que invierte las probabilidades a favor de las Pheidole, dándoles libertad de movimiento durante este periodo. De este modo, las moscas actúan como ponderadores en el conflicto, asegurando que las dos especies puedan convivir y no se exterminen mutuamente. Esto se observó por primera vez en Texas, pero desde entonces se ha visto en muchos bosques del mundo.

Parásitos mortales

Moscas Decapitadoras de Hormigas

Durante los días de verano se han visto bandadas de moscas volando por encima de los hormigueros, estas moscas tienen el mismo objetivo: poner huevos en las hormigas. Los huevos se colocan en la nuca y acaban matando a la hormiga a medida que la larva se abre paso por la cabeza y el cuerpo.

Mosca Fórida

Otras moscas parásitas son las moscas fóridas (Pseudacteon). Se acercan sigilosamente a las hormigas fuera de sus nidos o en sus caminos, y cuando están a su alcance arremeten y plantan un huevo en el abdomen de la hormiga. Otras moscas aprovechan los vuelos nupciales y ponen sus huevos en las reinas recién apareadas. Esto le impide poner sus propios huevos y hará que, sin que ella lo sepa, se ocupe de las larvas y pupas de las moscas. La reina morirá más tarde, dejando que la mosca crezca hasta la edad adulta sin su intromisión.

4. Las orugas. Maculinea parasitaria.

Orugas que quieren vivir como reinas

Se infiltran en las colonias de hormigas para vivir literalmente «como reinas», su estrategia es imitar la voz de una hormiga reina, ordenando así a sus compañeras de hormiguero que le den de comer. Así dentro del hormiguero las orugas de mariposas están bien protegidas, en un espacio ambientalmente estable y rico en recursos de los que disponen a su antojo.

De esta forma, estos parásitos garantizan su supervivencia al convivir con las hormigas y para engañarlas emite señales químicas similares a las suyas. Si el insecto infiltrado logra engañar con sus señales químicas a las hormigas, estas le percibirán como a una inquilino de pleno derecho. Si las señales químicas del insecto no son lo suficientemente parecidas a las de las hormigas, estas se percibirán que el olor del insecto y se percatarán así de que es un intruso.

Si emiten bien las señales acústicas y químicas, y gracias a ello engañan a las hormigas obreras, éstas las alimentarán, cuidarán y limpiarán, dándoles prioridad por encima de cualquiera de las larvas de hormiga.

Si te has quedado con ganas de más, y quieres conocer los parásitos sociales que conviven con las hormigas (a costa de ellas como su nombre indica) pero sin matarlas, te recomendamos esta lectura sobre los parásitos sociales.